Este año celebramos
el quinto centenario del día cuando Martín Lutero echó sus 95
Tesis contra las enseñanzas falsas de la iglesia de Roma. La Reforma
del siglo XVI después de Cristo, este evento es una batalla
victoriosa en la lucha para conservar “la fe que ha sido una vez
dado a los santos” (la carta de Judas, versículo 3). Por la gracia
de Dios y el poder del Espíritu Santo, Lutero y sus compañeros
restauraron los principios de sola Escritura, sola gracia y sola
fe, que estaban entenebrecidos en aquel tiempo. Sin embargo, la
Reforma que comenzó en 1517 fue una batalla que continúa hasta hoy
en día, en la lucha del enemigo por distorsionar y oscurecer La
Palabra de Dios.
De hecho,
encontramos algo semejante en la Reforma del siglo XVI en el Antiguo
Testamento. Según 2° Reyes, capítulo 22, más 600 años antes de
Cristo, Josías, el rey justo de Judá, mandó la reparación del
Templo de Jerusalén por primera vez en 200 años. Durante la
limpieza, el sumo sacerdote Hilcías hizo un descubrimiento.
“Entonces dijo el sumo sacerdote Hilcías al escriba Safán: El
libro de la ley he hallado en la casa de Jehová. É Hilcías dio el
libro a Safán, y lo leyó.” 2 Reyes 22:8
Este “libro de la
ley” era una copia original de los libros escritos por Moisés. La
autoridad de este libro fue indudable, más que las copias de copias
que existían y fueron usados en el culto del pueblo. Con el libro de
la ley en su mano, el rey Josías quitó de su pueblo muchas
prácticas idólatras. “Entonces mandó el rey al sumo sacerdote
Hilcías, y a los sacerdotes de segundo orden, y a los guardianes de
la puerta, que sacasen del templo de Jehová todos los vasos que
habían sido hechos para Baal, para Asera, y para todo el ejército
del cielo; y los quemó fuera de Jerusalén en el campo del Cedrón,
e hizo llevar las cenizas de ellos a Betel. Y quitó a los
sacerdotes idólatras que habían puesto los reyes de Judá para que
quemasen incienso en los altos en las ciudades de Judá, y en los
alrededores de Jerusalén; y asimismo a los que quemaban incienso a
Baal, al sol y a la luna, y a los signos del zodiaco, y a todo el
ejército del cielo. Hizo también sacar la imagen de Asera fuera de
la casa de Jehová, fuera de Jerusalén, al valle de Cedrón, y la
quemó en el valle del Cedrón, y la convirtió en polvo, y echó el
polvo de él sobre los sepulcros de los hijos del pueblo. Además
derribó las casas de prostitución idolátrica que estaban en la
casa de Jehová, en las cuales tejían las mujeres tiendas para
Asera. E hizo venir todos los sacerdotes de las ciudades de Judá, y
profanó los lugares altos donde los sacerdotes quemaban perfumes,
desde Geba hasta Beerseba; y derribó los altares de las puertas que
estaban a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad,
que estaban a la mano izquierda, a la puerta de la ciudad.” 2°
Reyes 23:4-8
La meta de los
reformadores fue llamar la iglesia de Roma al arrepentimiento de la
doctrina falsa y volver a la enseñanza correcta. Pero, Roma lo
rechazó en el Concilio de Trento (1545-1563) y hoy no ha cambiado
las prácticas de orar a la Virgen Maria y los santos y ofrecer
alivio de purgatorio por medio de las indulgencias, entre otros
errores.
De hecho, según ACI
Prensa, 29 de noviembre de 2016, el Papa Francisco decidió:
“Conceder las indulgencias plenarias
durante todo el Año Jubilar que comenzó el 27 de noviembre de
2016 y terminará el 26 de noviembre de 2017. Por los 100
años de las apariciones de la Virgen de Fátima, los que
vengan en peregrinación al Santuario de Fátima en Portugal
en Portugal y que allí participen en una celebración u
oración dedicada a la Virgen pueden obtener en esta manera las
indulgencias plenarias. Además de ello los fieles deben rezar
el Padrenuestro, recitar el Credo e invocar a la Madre de Dios”.
La segunda forma de
obtener las indulgencias plenarias se aplica para “los fieles
piadosos que visitan con devoción una imagen de Nuestra Señora de
Fátima expuesta solemnemente a la veneración pública en cualquier
templo, oratorio o local adecuado en los días de los aniversarios de
las apariciones, el 13 de cada mes desde mayo hasta octubre (de
2017), y participen allí devotamente en alguna celebración u
oración en honor de la Virgen María”. Las personas que por la
edad, enfermedad u otra causa grave estén impedidos de movilizarse
pueden rezar ante una imagen de la Virgen de Fátima y deben unirse
espiritualmente en las celebraciones jubilares en los días de las
apariciones, los días 13 de cada mes, entre mayo y octubre de 2017.
ATENCIÓN. Un mes
antes de este anuncio, el mismo Papa Francisco participó en un culto
del Día de la Reforma, el 31 de octubre de 2016, en Lund, Suecia, Al
terminar de la oración común, el Papa y el obispo Munsib Yunan,
presidente de la Federación Luterana Mundial, firmaron una
declaración conjunta de su compromiso a la “unidad visible”
de sus iglesias.
¿Como puede ser
esto? Sin resolver las diferencias en la doctrina que impulsó la
Reforma del siglo XVI, ¿como puede ser “unidad” entre la
iglesia romana y los luteranos? Además, “la arzobispa” de
la Iglesia Luterana de Suecia es una mujer y otra “obispa”
es abiertamente lesbiana. Estas cosas supuestamente son contra la
práctica de la iglesia romana, y la enseñanza de las Escrituras
también.
Es importante
entender el desarrollo de ecumenismo, un movimiento que cruza las
fronteras de varias denominaciones para buscar la unidad visible de
todos los cristianos. La palabra “ecumenismo” está derivada del
griego, «οικουμενικός» (oikoumenikós), que en la
antiguedad refiere a todo el terreno bajo la autoridad del imperio
romano. Se encuentra esta palabra en el Nuevo Testamento en Lucas
2:1, "Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César
Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo («oikoumenē»)".
También, el diablo tienta a Jesús ofreciéndole "todos los
reinos de la tierra («oikoumenē»)" (Lucas 4:5). El Libro de
Concordia incluye los tres “credos ecuménicos”, es decir, los
tres apropiados por las iglesias en todas partes del imperio romano
en la antiguedad.
El movimiento
moderno de ecumenismo surgió en el siglo XX entre algunas iglesias
protestantes para superación de las divisiones entre los cristianos,
no importa cuestiones de doctrina, de historia, de tradición o de
práctica. La Federación Luterana Mundial es el fruto de este
movimiento entre luteranos. Las mayores iglesias en la Federación
son las iglesias luteranas nacionales de Europa y los EEU que fueron
influenciadas por el racionalismo del los siglos XVIII y XIX. Para
esta iglesias, las Sagradas Escrituras y el Libro de Concordia son
documentos históricos importantes. Sin embargo, muchos partes de
ellos no se aplican a nosotros hoy en día a causa de la razón
humana se ha mejorado nuestro entendimiento de la condición humana y
el mundo. Es decir la razón humana se coloca por encima de la
Palabra inspirada.
La iglesia romana aceptó muchas de las metas del ecumenicismo en el
Concilio Vaticano II. Entonces, el 31 de octubre de 1999 en
Augsburgo, Alemania, se firmó la Declaración Conjunta Sobre la
Doctrina de la Justificación,por parte del Cardenal Edward Cassidy,
el presidente del Pontificio Consejo para la
Promoción de la Unidad de los Cristianos, y el obispo
Christian Krause de la Federación Luterana Mundial. En este
documento, la definición de los términos es tan amplia que puede
ser interpretada en cualquier manera. Sin embargo, a veces el
documento no puede evitar las diferencias en la doctrina romano y la
doctrina luterana.
Por ejemplo, la
Confesión de Augsburgo Artículo IV, “De Justificación”
declara: "También ellos [nuestras iglesias] enseñan que los
hombres no pueden ser justificados ante Dios por sus propias fuerzas,
méritos u obras, sino que son libremente justificados por amor de
Cristo, por la fe, cuando creen que son recibidos en favor, Y que sus
pecados son perdonados por el amor de Cristo, que por su muerte ha
hecho satisfacción por nuestros pecados. Esta fe Dios imputa por la
justicia a Su vista.”
La Declaración
Conjunta declara: "38. Según la comprensión católica, las
buenas obras, hechas posibles por la gracia y la obra del Espíritu
Santo, contribuyen al crecimiento en la gracia, para que se preserve
la justicia que viene de Dios y se profundiza la comunión con Cristo
. Cuando los católicos afirman el carácter "meritorio" de
las buenas obras, profesan que, según el testimonio
bíblico, se les promete una recompensa en el cielo a estas obras. Su
intención es hacer hincapié en la responsabilidad de las personas
por sus acciones, no para cuestionar el carácter de esas obras como
regalos, o mucho menos para negar que la justificación siempre sigue
siendo el don no merecido de la gracia ".
Ese párrafo usa
"gracia" según la enseñanza de la Iglesia Católica
Romana: que es "gracia infusa" realizar buenas obras que
contribuyen a la salvación. Pero, si la gracia salvadora es el favor
inmerecido de Dios, como dicen Romanos 4: 4 y 11: 6, entonces, en el
artículo de justificación, la gracia y la justificación por las
obras (la Ley) son clara y mutuamente excluyentes.
Hasta ahora, ninguna de las declaraciones conjuntas de la iglesia
romana y la Federación Luterana Mundial ha aprobado el
compartimiento del sacramento del altar entre los luteranos y
católicos. Hay señales que el Papa Francisco quiere hacer un
decreto a tal efecto en este año aniversario de la Reforma, aunque
la iglesia de Roma no ha rechazado los decretos del Concilio de
Trento que condenan los principios de la Reforma. Cuando preguntaron
el mismo Cardenal Cassidy si había algo en la declaración oficial
común en contra del Consejo de Trento, el les dijo: “Claro que
no, de lo contrario, ¿cómo podríamos hacerlo? No podemos hacer
algo contrario a un concilio ecuménico. No hay nada allí que
condene el Concilio de Trento”
(Noticias
Ecuménicas Internacional,
11/1/99). En su respuesta formal a la declaración, la iglesia de
Roma afirmó: “La Iglesia Católica considera que todavía
no podemos hablar de un consenso que elimine todas las diferencias
entre católicos y luteranos en la comprensión de la justificación.”
La Iglesia
Luterana de Venezuela (ILV) NO es miembro de la
Federación Luterana Mundial y no estamos en comunión con las
congregaciones que pertenecen a la Federación. Aunque en Venezuela
hay algunas congregaciones en comunión con la Federacion Luterana
Mundial que forman una iglesia nacional se llama la Iglesia
Evangélica Luterana en Venezuela (IELV). El presidente de IELV es
Gerardo Hands Colmenares, quién una vez era un pastor de la ILV. Sin
embargo, las congregaciones de la ILV no están vinculadas con la
IELV. La ILV es miembro del Concilio Luterano Internacional
(CLI), una asociación de iglesias cristianas que adhieren
fielmente a las confesiones históricas de la Iglesia de la Reforma
Luterana.
Es cierto que,
Martín Lutero no quería que una iglesia llevara su nombre. Sin
embargo, el término, “luterano”, ha resultado útil para
identificar en breve cuales son las enseñanzas especificas de una
congregación. Es como la marca “Harina P.A.N.” en un paquete de
harina de maíz es una garantía de su calidad. Pero, la marca no
significa nada si el paquete está lleno de arena, no de harina.
También, no todo lo que lleva el escudo de Lutero es luterano. Es
bien importante en este año, por la celebración de los 500 años de
La Reforma, clarificar que son nuestras confesiónes, y que estas,
no son solamente la confesión de Lutero y los reformadores del siglo
XVI, Es la confesión en Cristo, de la Iglesia Apostólica basada
en las Sagradas Escrituras y nada mas.
“Y aquel que es
poderoso para guardaros sin caida y presentaros sin mancha delante de
su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, a Cristo nuestro
Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por
todos los siglos”. Amén. Judas 24-25